¿Cómo comenzó la vida?
Esta pregunta no fue sólo del interés en la actualidad,
sino que ésta llevaba ya varios siglos siendo realizada.
Cuando comenzaron los movimientos científicos para
intentar resolver esta pregunta fue ya a inicios de 1900, para entonces muchos
científicos sospechaban que la vida en la tierra había comenzado gracias a los
océanos. Se tenía la idea de que muchas sustancias químicas que tenían como
base el carbono, se formaron en la tierra y éstas se disolvieron en el océano
haciendo que ésta se volviera a espesa, y esta combinación de agua con carbono
se le llamó “sopa primigenia”.
Aún con esta idea planteada seguía habiendo una gran
cantidad de interrogantes debido a la cantidad de sustancias químicas que
debían esparcirse en el océano para hacer de esta posible.
Ante este interrogante se discutió una alternativa en
que la vida podría haber comenzado en respiraderos alcalinos como los de la
ciudad perdida en el Atlántico medio, allí el agua caliente y rica en minerales
del fondo del mar supura a través de las rocas y formas misteriosas agujas
blancas. los respiraderos son una rica fuente de energía química que podría
haber alimentado a los primeros organismos, sin embargo, esta respuesta exponer
debido a que varias investigaciones no demostraban que minerales que son
esenciales para la vida se encontraban en condiciones de ventilación alcalina.
Darwin y la evolución
Como ya todos debemos saber Charles Darwin fue un
naturalista inglés, reconocido por ser uno de los científicos más influyentes
que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección
natural, justificando la en su obra “el origen de las especies”.
Todo comenzó con la idea de que los animales de una
especie competían entre sí por comida, refugio y por la capacidad de
reproducirse. sólo los más aptos, es decir, aquellos que se adaptan mejor a su
entorno, lograrán reproducirse, por lo que sus rasgos se transmitirán a la
próxima generación y se volverán más comunes a medida que pasa el tiempo.
Ahora esta simple idea nos dice que las especies
aparentemente distintas son parientes lejanos, ambos descendientes de un único
ancestro compartido, por ejemplo, nuestros parientes vivos más cercanos son los
chimpancés: el antepasado más común que compartimos vivió hace al menos 7
millones de años.
Como ya debemos saber Charles Darwin fue un científico inglés nacido a inicios del siglo 19, una época y un país muy duro en su forma de pensar ya que los dogmas establecidos por la fe cristiana eran muy fuertes en ese tiempo y una idea como el del origen de las especies de Darwin era prácticamente una bomba para la religión y de esto era consciente Darwin.
Ahora muchos creen que Darwin no era un hombre de fe, que no pertenecía a ninguna religión que era ateo sin embargo no es así; en su juventud había estudiado para convertirse en un sacerdote, pero debido a sus expediciones científicas su fe se vio radicalmente afectada ya que varias evidencias contradecían la misma Biblia; habiendo transcurrido el tiempo este no fue el hecho que lo impulso a exponer su teoría sobre la evolución, se cree que el punto de inicio ocurrió cuando su hija falleció. Cuando esto ocurrió por la mente de Darwin pensó sobre la crueldad y el sufrimiento de un mundo donde él había comprobado la lucha por la supervivencia y estas acciones no parecía ser dignas de la existencia de un Dios omnipotente que se preocupara por sus criaturas.
Luego del fallecimiento de su hija culminó su obra y la publicó en 1859, como era de esperarse desató un escándalo descomunal en la sociedad británica y fue considerada una insolente blasfemia y las autoridades eclesiásticas denunciaron que la teoría que planteaba constituía una visión degradante del ser humano en ese tiempo llegaron a comprarlo con la serpiente del jardín del Edén por intentar compartir ideas perversas con el pueblo británico.
Comentarios
Publicar un comentario